Entrevista a José Antonio Páez “Cuando entro en la Batalla no me acuerdo ni de mí mismo”
En 1871 el colombiano Teodoro Valenzuela entrevistó a JoséAntonio Páez en Nueva York, pero la entrevista no vio luz pública hasta el año 1890, cuando Antonio Narváez, hombre de letras colombiano, conoció de su existencia y la publicó en la prensa bogotana. La versión que aquí publicamos forma parte de un álbum que perteneció a don Manuel Vicente Rodríguez Llamozas, bisnieto del general Páez, que reposa en el archivo de la Fundación John Boulton. Lamentablemente el texto no indica el nombre del periódico. Lo publicamos por su importancia histórica.
Sí era muy guapo; no era más que se presentara el enemigo, sacaba su sable –Bolívar nunca usó espada y entraba adelante como el mejor. Pero no era militar –agregó– no pensaba sino en batirse y batirse, y por eso muchas veces me perdió la tropa que yo había organizado.
¡Mi doctor –contestó– porque el Libertador era muy grande!

“En Carabobo me temblaban las piernas”
¡Ah, mi doctor! Si usted hubiera oído el traqueteo que yo hacía con los estribos en Carabobo.
Pues el ruido de los estribos con las espuelas, porque me temblaban las piernas. Pero –agregó– eso era al principio, porque después no se sentía nada y a lo que entraba al combate no me volvía a acordar ni de mí mismo.
Aniquiló más de cuarenta en Queseras del Medio
¡Eso es muy difícil saberlo!
Pero así por cálculo, más de cuarenta o cuarenta y tres en las Queseras del Medio.
No precisamente matar; no se necesita matar, basta “mojar” para que un hombre quede inútil.
Doctor, usted comprende que cuando un hombre tiene adentro dos dedos de lanza, los nervios hacen lo demás y el hombre está perdido.
En eso consiste –agregó– el juego de lanza y al que no la maneja así, se expone a quedar desarmado.